Hoy se publica mi primera entrada en Principia, la revista digital de cultura científica en la que participo sobre todo como editor adjunto y en la que nos damos cita muchos de los integrantes de la antigua JOF (además de muchas nuevas y magníficas incorporaciones). Por si aún no os habíais enterado de su existencia, aprovecho la ocasión, claro, para recomendaros que le echéis un vistazo y que, esperamos, estéis de acuerdo en que merece la pena seguirla muy de cerca.
Como decía, sale hoy una contribución mía que espero que os guste y que lleva por título
El nenúfar gigante que cautivó a Inglaterra
Obviamente, dadle al enlace para leerlo, comentar y todo lo demás, pero puesto que me dejé algunas cosas en el tintero quería aprovechar el bloj para añadir un apéndice a ese artículo. En 1851, un par de años después de que se consiguiera que Victoria amazonica floreciese en los invernaderos europeos, William J. Hooker (el entonces director de los Kew Gardens) y Walter H. Fitch (el ilustrador botánico de Kew por aquella época) publicaron una pequeña obra que incluía cuatro deslumbrantes litrografías del nenúfar más grande del mundo, con sus hojas capaces de mantener a flote a un niño y sus inmensas flores que sólo viven 48 horas. Estas ilustraciones fueron las que dieron a conocer esta especie a botánicos, jardineros y curiosos y me apetecía ponerlas por aquí para nuestro disfrute. Espero que además os guste la historia.
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