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Jilin Tach: la sanidad del futuro

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Esto de ver los toros desde la barrera (me refiero a la actualidad en las Españas) te da cierta perspectiva, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos en los que las barbas del vecino fueron remojadas, peladas, e incluso parece que van a volver a crecer justo a tiempo de que rasuren las nuestras. O las vuestras. O bueno, lo que sea. A lo que voy es que no puedo evitar seguir bastante pendiente de las cosas que ocurren al otro lado del charco, y cómo los servicios públicos, y concretamente, la sanidad y la educación, hacen funambulismo. Irónicamente observo los acontecimientos desde un país en el que la sanidad y la educación se conciben de una forma muy parecida a como la sueñan las élites extractivas patrias. Tengo pendiente una entrada para hablar de lo raro que resulta darse de bruces con el sistema sanitario estadounidense (por suerte sólo basándome en las revisiones anuales obligatorias y cosas muy leves). Por decirlo brevemente para los impacientes: todo lo que nos habían contado, todas las leyendas negras extendidas por los rojillos comeniños sobre el resultado último de la externalización seriada de la sanidad, era cierto. La sanidad es un negocio muy, muy lucrativo, y no me extraña que haya quien babee de gusto sólo de pensar que esa parte del pastel puede pasar a disposición de los buitres de turno hasta el punto de continuar con el runrún de lo eficiente que es la gestión privada.

En lo que llega (o no) el día en el que trate la impresión que me genera esta sanidad, como ya lo hice con la universidad, os ofrezco hoy un aperitivo que encontré el otro día en un hospital tras la visita a un especialista. Los hospitales aquí, avanzo, no parecen hospitales, sino más bien… yo qué sé, notarías: todo decorado como si fuese el salón de tu casa, con moquetas, macetas… todo muy acogedor y para nada semejante al frío azulejazo de los hospitales madrileños. Esto poco tiene que ver con el funcionamiento del servicio (insisto ya hablaremos de ese asunto en otro momento), lo importante es esa impresión y ese aspecto de cercanía, eficiencia y sofisticación. Como norma general, en Estados Unidos existe el cutrerío, vaya que sí, pero será siempre un cutrerío espolvoreado en purpurina, y por lo tanto se tratará de un cutrerío caro. Avisados quedáis.

La cosa es que en ese hospital purpurinesco y cool voy y me encuentro con esto:

20140921_170629Programa Healing Touch (“toque sanador”). Tenemos la tecnología para tratar y la compasión para curar

Pues sí: un tríptico que te anuncia que en ese maravilloso hospital te ofrecen como servicio adicional que te curen por imposición de manos. Como no podía creer lo que veían mis ojos, me traje uno para leerlo con detalle y fotografiarlo. Os reproduzco visualmente el tríptico al completo y traduzco al azar algunos párrafos gloriosos.

20140921_170723

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¿Qué es “Healing Touch”? [En adelante, Jilin Tach]

Jilin Tach es una terapia de energía en la que los practicantes usan sus manos de forma consciente e intencionada, dirigida al corazón para facilitar la salud física, emocional, mental y espiritual.

El objetivo de Jilin Tach es restituir la armonía y el equilibrio en el sistema energético humano generando un ambiente óptimo para que la tendencia innata del cuerpo a curarse tenga lugar.

Pues sí, esto es lo que parece: un hospital en “el país más desarrollado del mundo”, y en uno de sus estados más pijos, ofreciendo abiertamente brujería a sus pacientes. Tuve que asegurarme varias veces que el logotipo del hospital aparecía en el propio panfletillo antes de creérmelo, porque no daba crédito.

En la siguiente página te presentan a la “profesional” de Jilin Tach: una enfermera con muchos años de experiencia que nos mira desde una de las inevitables fotos con sonrisa falsa tan propias de estas coordenadas. Hay una breve “bio” de esta señora. Vosotros quizá no lo sepáis, pero esa minibiografía la ha escrito ella misma. Yo al principio este tipo de cosas ni las sospechaba porque soy un poco ingenuo, y hubiese imaginado que alguien sabio y objetivo que ha reconocido y evaluado las capacidades de nuestra ínclita profesional de Jilin Tach es quien está detrás de esa loa. A vosotros, que sois gente más espabilada seguramente no os estoy diciendo nada nuevo, pero para mí fue todo un logro asimilar que en EE.UU., el país donde (decía) hasta lo cutre lleva purpurina, es muy importante saber venderte. Nadie va a venir a decirte, “ey tío, cómo molas, qué bien haces esto o lo otro”. No. Esa autopromoción la tienes que hacer tú, y aunque te parezca incómodo o no te guste escribir tu propia bio y decir cuánto molas, aquí está muy bien visto y hasta se celebra que las cantidades de purpurina sean eficazmente distribuidas. Si tú lo que sabes hacer es abrir chakras imponiendo manos, pues fuera las vergüenzas y saca pecho de ello en el panfleto del hospital de Norwich, que ya vendrá alguien a comprarte la purpurina. Cerrando la biografía vemos una foto de nuestra profesional de Jilin Tach en plena acción, poniendo una mano en el pecho de un señor muy malito con mirada de profunda concentración y compasión energética reverente.

¿Cuáles son los beneficios de Jilin Tach?

Las investigaciones realizadas sugieren que hay varios efectos beneficiosos. Los estudios preliminares han mostrado resultados que incluyen la reducción del dolor, ansiedad y estrés, apoyo durante la quimioterapia y la cirugía, mejora del humor, y reducción de los efectos del trauma y del dolor crónico. Jilin Tach tiene un impacto positivo durante el proceso de muerte [sic?], proporciona apoyo para dejar adicciones, activa el sistema inmunitario y ofrece una sensación profunda de conexión espiritual.

Entre otros datos adicionales el tríptico aclara que esto de la imposición de manos es un tratamiento compatible con las terapias médicas normales (me quedo mucho más tranquilo) y que es un servicio gratuito ofrecido por el hospital (pues mira, al menos no cobran por ello, que yo me temía que sí).

Desde luego tras leer el tríptico me quedé con muchas ganas de leer esos supuestos estudios realizados para probar la efectividad de esto de las energías curativas. Según el asterisco del tríptico, los estudios se pueden encontrar aquí, donde además tienen un apartado con los estudios publicados, muchos de ellos, según dicen, tras una revisión por pares (habría que ver los pares, claro). Ponerse a hablar aquí de que no hay revista que los haya publicado que no tenga un “alternative” o un “integrative” en su título o ponerse a hablar de lo que es un ensayo clínico a doble ciego es muy feo, hoygan, sería abusar. Animo a quien le sobre el tiempo (y sobre todo si son del mundillo de la ciencia) a que cotillee un poco qué tipo de cosas publica esta gente y cómo lo hace, porque la verdad es que hasta el artículo más chorra que uno tenga en su CV acaba pareciendo una proeza de complejidad y rigor en comparación. Estuve leyendo uno de un supuesto estudio que hizo una señora aplicando sus energías a los chackras de los supervivientes de un tornado que azotó un pueblo provocando la muerte de un perro. Puede que no muriese nadie, pero los chakras de los supervivientes quedaron profundamente dañados y ella estuvo ahí, dándoles caña a todos y se marcó una publicación con la experiencia. Unas risas.

Por supuesto, soy un absoluto demagogo por insinuar que la privatización de la sanidad y la transmutación de los pacientes en clientes puede acabar trayendo aquestos lodos al escenario hospitalario carpetovetónico, pero a mí me da que que si en un hospital se acaban viendo estas cosas es que algo no va bien. Toquemos madera para que del funcionamiento de los hospitales gringos me siga enterando por los trípticos.


Archivado en: Cosas que pasan

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